EL RELAT DE COSES DE CASA

Diario de un comerciante.

Barcelona, 19/03/2019

 

Ha sido una decisión difícil, pero no tenía alternativa; cerrar mi tienda Coses de casa. Me resulta difícil de imaginar cómo es un piso amueblado únicamente con artículos de grandes superficies, no quiero ni pensarlo. Para postre, los chinos venden todo a 100: trapos de cocinas, delantales, cojines, sábanas, bolsas para el pan... ¿de buena calidad? Lo dudo.

Además, se han puesto de moda tiendas de camisetas, de suvenir, de preservativos de colores y de porros; pensando más en los turistas que en los vecinos del barrio.

Cuando la abrí, en 1972, en la plaza del Pi, no paraban los niños de jugar a la pelota y yo, tenía buena clientela. Con los años se hicieron mayores y poco a poco se fueron muriendo. Ahora sólo hay bares en la plaza.

De todas maneras, tengo 79 años y me toca descansar. Deseo suerte al nuevo propietario.

Pepe  Marín